Una novela de Mario Flores
El llamado ábside de Fuentidueña fue la única parte de la iglesia de San Martín de Fuentidueña, en Segovia, a la que el implacable paso del tiempo permitió seguir más o menos ilesa hasta finales del siglo XIX. Pero los segovianos se vieron enfrentados a la gran dualidad a través de la opción de ceder un trozo de patrimonio religioso español y la de no hacerlo, que habría implicado su total desaparición, y al final tuvo que ser restaurado y colocado en una de las salas más grandes del prestigioso museo neoyorquino The Cloisters.
La decisión resultaría tan controvertida como cruelmente castigada por falsos guardianes de monumentos, miembros de una secta cuyo nombre en latín acabaría invadiendo el pensamiento de muchos.
En concreto, las mentes y las vidas de una familia entera: tres generaciones Castresana, personas de bien el único crimen de las cuales fue intentar salvar lo que alguien escribió que no debía tocarse, sentirán que el mal les viene pisando los talones desde hace demasiado tiempo. El abuelo Fabián, el hijo Álvaro y el heredero Germán intentarán pararle los pies, con más o menos éxito.
Sinopsis
Susan, la resuelta esposa de Germán Castresana, también se verá envuelta en el frenético baile que el mal lleva más de un siglo practicando alrededor del apellido de este. La intensidad de dicho baile aumentará tan pronto como Germán ponga un pie en el suelo de Nueva York, ciudad que podría resultarle acogedora de no haber atestiguado demasiadas atrocidades, empezando por un parto complicado que acabó llevándose a su madre.
En cuanto a los demás Castresana, hombres nobles apasionados por el arte cuya magnífica residencia cercana a la Quinta Avenida y al Museo Metropolitano de Arte de Nueva York (MET) llegó a ser muy frecuentada por lo más granado del panorama social y cultural de América del Norte, desaparecieron tan misteriosa como injustamente.
Y con ellos unos pergaminos tan antiguos como el mismísimo ábside, por el control sobre los cuales una secta está dispuesta a eliminar al último de los verdaderos guardianes de monumentos. Susan será la fuerza, el rigor y la esperanza que le harán falta a Germán para tratar de cerrar una historia que ha durado demasiado.
Sobre el autor
El psicólogo Mario Flores Martínez, como Fabián y Álvaro, es un amante de cada una de las historias que duermen amparadas por la seguridad que les ofrece el monumento al que representan, hasta que deciden despertar y les da por salir a pavonearse más allá de la ciudad que las ha visto nacer.
Como un bosque milenario en el corazón del cual yace enterrado un valioso tesoro, el ábside de Fuentidueña cuenta con elementos que nunca nadie se ha parado a analizar.
El escritor originario de Lucena, antes columnista de la edición cordobesa del periódico ABC, no solo sabe transmitir imágenes claras y grácilmente coloridas de aquello que existe y ha tenido el placer de visitar —al igual que German, el último Castresana—, sino que es capaz de mezclar hechos históricos con ficción y hacer que nosotros nos preguntemos qué es lo que ocurrió realmente y qué forma parte de su magistral imaginario. Un imaginario que dio pie a engrandecer su carrera literaria, que esperamos que dure para siempre.




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