Una novela de Marina Marlasca Hernández
Esta novela, que comparte parte del título con las dos anteriores de la misma autora, es la que cierra la trepidante saga Siempre tú, cuyo protagonista no deja de sorprender con sus ganas de seguir adelante.
En esta ocasión pasa de ser un supuesto drogadicto peligroso a tomar forma de héroe en la imaginación de muchos niños pequeños, que han sabido dibujarlo con traje y capa en los papeles que han encontrado sobre la mesa de una de las salas del centro para la preservación de los humedales.
Un héroe capaz de arreglar muebles aparentemente inservibles, navegar hasta la lejana isla de Cerdeña sin ningún tipo de experiencia como navegante e incluso convertir un viejo corral de piedra en un hogar confortable y cercano a la preciosa cala donde, curiosamente, empezó todo ya hará varios años.
Un héroe incansable y respetuoso con el medio ambiente, que anhela una vida feliz junto a su pareja y que nunca ha dejado de pensar en Ona.
Un héroe torturado que no puede evitar pensar que está jugando a dos bandas; Ona y Lidia. Se cuestiona a sí mismo, y se odia profundamente por ser incapaz de hallar una respuesta.
Sinopsis
Álex Martínez no es el único que ha cambiado a lo largo de la trilogía Siempre tú. Ona Puig, además, ha tenido que enfrentarse a su padre para hacerlo. Un padre que anhelaba construir una lujosa urbanización a costa de unos humedales y un ecosistema asociado, y que vio desde la cárcel cómo su hija construía en su lugar un edificio de opuestas características.
Puig Domènech, artífice de la horrible treta jugada contra Álex cuando era él el que cumplía condena, no consiguió lo que quería gracias a la oportuna intervención de otro preso considerado altamente peligroso. Dicho preso, a pesar de no haber cambiado en apariencia, seguirá contactando con el activista de vez en cuando.
Porque las ganas de seguir adelante de Álex son contagiosas, tanto que van infectando prácticamente a todos los personajes de la saga. Incluidos varios habitantes de la isla donde empezó todo, que van pidiéndole favores y entregándole muebles, víveres y sonrisas a cambio.
Tampoco faltarán ni su inseparable amiga Mar ni su antes destartalado velero, que no deja de simbolizar un más que fructífero camino hacia el progreso.
Sobre la autora
Marina Marlasca Hernández, artista salida de la Escuela Massana de Barcelona y especializada en vitrales nos habla, en esta entrega final de la saga que reflexiona sobre el hecho de que el amor puede parecer tanto un inconveniente como una bendición, del poder del perdón y de la importancia de no tirar la toalla por muy oscuras que sean las perspectivas de futuro.
Esta novela está dedicada a todos aquellos y todas aquellas que, como Álex, lo han perdido todo y siguen sin rendirse.
Porque es algo muy difícil de hacer, pero no imposible. Con ayuda de nuestros seres más queridos, nosotros y nosotras también podremos ser héroes y heroínas que luchan por hacer del mundo algo mejor de lo que se han encontrado. Héroes y heroínas capaces de superar cualquier percance.
Por ello los agradecimientos de la autora van principalmente dirigidos a su hijo Genís y a su marido Joan Antoni, como los de Álex a sus tutores legales Anna y Jordi.
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