Frente a mí… Desnuda, de cuerpo y alma. Húmeda; de piel y ganas.
El deseo me lo pedía, me lo exigía. Mi mente lo creaba, el corazón me lo susurraba…
Me acerqué despacio, prolongando la urgencia de tenerla… El ambiente entero era una burbuja de pasiones a punto de estallar.
No se respetó frontera alguna, escribimos a besos, caricias, lamidas, mordidas, sobre nuestros cuerpos desnudos, la lista completa de nuestras pasiones, fantasías y perversiones… Nos dejamos llevar, sin pudor alguno.
Llegamos por caminos distintos, pero nos venimos juntos…
Permanecimos recostados en el limbo, platicando un largo rato, con las caricias como único lenguaje…
Seguía lloviendo… Seguíamos soñando.
Adormilado, embriagado de salaz placidez, alcanzo a sentir un beso cómplice. Una ilusión que se despide, una amante que se marcha al alba… Sin mirar atrás.
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