Una novela de Diego Cabrera Vaz
Odarea, un pueblo gallego tan idílico como el de Vilapontes, escenario de la anterior Samain’s party, guarda un inquietante secreto: en un rincón del —hasta hoy— hermosísimo jardín de la casa de la señora Opatos, yace enterrado el cuerpo sin vida de una joven extranjera. Un cuerpo que la policía descubre, además de en avanzado estado de putrefacción, sin cabeza: la misma ha sido separada del cuello y colocada sobre una de las manos de la víctima. ¿Acto ritual, o simple producto de la locura de alguien enajenado/a?
La policía de Odarea no descartará ninguna posibilidad, por descabellada que parezca. De hecho, un libro que alguien ha dejado en la mesita de noche de su habitación y un joven agente apasionado por la lectura y el conocimiento serán claves a la hora de resolver el caso.
Paralelamente, la aldea se prepara para acoger una de las noches más mágicas del año: la de las hogueras de San Juan. Emilio, un estudiante de historia con problemas familiares y poco dado a las relaciones personales, también nos demostrará que los monstruos no solo viven en lugares inhóspitos y desolados.
Sinopsis
Se acerca la última semana de junio de 2010. Con ella vendrá la noche que pondrá el cierre al veintitrés y dará comienzo al día veinticuatro, más conocida como «noche de las hogueras de San Juan».
Emilio y sus amigos, como muchos otros jóvenes de Odarea, piensan ir a hacerle honor a dicho nombre: encenderán una hoguera en lo alto del monte preferido por algunos, disfrutarán de unas charlas frente al fuego, de beber queimada y de bailar al aire libre… o no.
Quizá la envidia lo complicará todo, una envidia tan injustificada como perversa; una envidia que acabará convirtiéndose en poderoso odio hacia personas que no le han hecho daño a nadie. Un odio similar a aquel por el que debe de haberse dejado gobernar quien asesinó a una forastera y fue a enterrarla en las profundidades del jardín de la señora Opatos.
Esta novela nos cuenta el desarrollo de dos crímenes que, aun si no tienen nada que ver el uno con el otro, vienen igualmente motivados por la rabia y el despecho.
Porque la maldad no es siempre cosa de mentes tan geniales como desquiciadas; a veces no se necesita más que cierto sentimiento de superioridad del/la agresor/a hacia sus víctimas.
Sobre el autor
Ya en la primera novela que escribió junto al también gallego Vicente Pedreira Mandado, el escritor y filólogo Diego Cabrera Vaz nos presentaba a personajes más o menos entrañables y a un asesino enajenado.
Su segunda obra también muestra la desesperación que invade a todo el cuerpo de policía de un pequeño pueblo de Galicia cuando se ven incapaces de hacer justicia, pero va más allá: una broma que no tiene nada de inocente irá tomando dimensiones muy peligrosas en la mente de un joven misógino e impulsivo, antes de que los habitantes de Odarea puedan llegar a digerir que ha habido un asesinato.
Esta vez son dos las mentes torturadas que no distinguen lo que está bien de lo que está mal, y aspiran a castigar a personas inocentes. Personas como la dulce anciana Fátima Opatos, que solo pretende disfrutar de una vejez tranquila. O Marisol y Celia, dos estudiantes ejemplares.
Nosotros los lectores nos mantendremos en vilo, deseando que las fuerzas del orden cumplan con su deber, y recordaremos con cariño a los inspectores y agentes que se dispongan a seguir hasta el final.
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