Sonia Arias reseña «Sueños de marengo y sangre»

 Las reseñas de una poeta

Sonia Arias


Cuando se hace costumbre el dolor, 
escuece un poco más el volver a lo que había antes de la herida

Es la época real en la que necesitamos que nos ayuden pero resulta difícil salvar una mente que va y viene. Empatizo con la protagonista.

Estar en las pesadillas de este libro me hizo sangrar en mis sueños y cerraba las hojas para que la noche siguiente estuviera esperándome algo ajeno a mi vida.

Quería despejar mi mente de un mundo estresante y esta novela me absorbió por completo en sus dos vidas.

En los momentos en los que no pude  dejar de leer eran aquellos en los  que  más sufría. Es importante no querer marchar de los libros.

Lectores, todo lo que sucede en las novelas de este gran autor puede estar pasando en la tienda de enfrente, en la cabaña del lago o en la familia que sonríe como si nada.

Hay libros que nos ayudan a centrar emociones que con el movimiento del cuerpo se van descolocando. Este es uno de ellos donde F.J.Gálvez salta de momentos felices al más hiriente maltrato. No muestra una cara si no todas las que posee la maldad humana y no necesita muchos protagonistas hablando para hacer que todo fluya como si cada siete páginas entraran cinco personas más.

No se reparte el dolor. No hay una medida exacta en las tramas ni tampoco ganas de prudencia. Se deja libremente el deseo a mano de cada lector para que lo disfrute tanto como ha sufrido. Se baila sobre los extremos y se llega hasta un desenlace que hace pausa en tu respiración. Prefieres seguir pensando en las opciones y barajando el rumbo de cada capítulo pero de repente te posee. No sabes leer sin estar dentro. No sabes salir sin saber si es tu vida la real.

Solo puedo pedir más momentos así. 
Más novelas de esta calidad.  
El poco miedo a que duela. 
Quiero hasta el último blanco y negro de esta obra. 
Auque se me hizo corta la pesadilla.













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