Una novela de Lola Martínez
Una reseña de Club de lectura y punto
Una historia con muchas historias, cada una de ellas cerrando el círculo respecto de la otra; unos personajes maravillosos, una prosa exquisita, elegante, directa; una lectura para deleitarse y degustarla.
Una novela de tiempos pretéritos pero bien reconocibles como la Segunda Guerra Mundial o la posguerra española, de tiempos presentes en los que se mueven Víctor y Águeda.Y por supuesto de futuro, porque siempre habrá tiempo para la esperanza a pesar de ... "la vida, que no siempre es justa".
Sobrevuela en todo momento mientras leemos una sensación de realismo mágico que te atrapa, llegando a lo onírico en partes de su relato.
La historia de Víctor es la antesala de la primera parte, él nos transportará a través de sus sueños a la vida de José, un familiar lejano en el tiempo pero no en la memoria de sus allegados. La historia de José nos ubicará en un primer momento en la Alemania de 1942, en la Segunda Guerra Mundial, -《y Víctor con su clarividente sueño... descubrirá los esfuerzos fallidos de José, el fantasma del español que perdió la vida de esa forma tan futil, viéndose a vagar obligado, desprovisto de descanso》
Se entrecruzarán a su vez las vidas y muertes de otros hombres y mujeres que completarán su existencia.
Porque la vida y la muerte de José dependerá de Klaus, quien se encuentra imposibilitado para salir de Alemania, es más, no recuerda apenas nada de su pasado, tan solo su condición de semita; Anna, una mujer alemana que se encuentra ligada a Klaus, de ella dependerá su huida si consigue su perdón, siendo al mismo tiempo su carcelera y su liberadora.
Tampoco entenderíamos la vida de José sin Don Rafael, Doña Aurora, la Madame de Badajoz (Doña Mirta) y Sarita, su ruina personal y moral, por cuya traición la vergüenza familiar pasa de generación tras generación.
Un paisaje desolador para la mayoría en esa España de posguerra, de represión y miseria, de hambre y exilio que tan bien nos retrata Lola Martínez Lorenzo.
Y la vida de Águeda, que se unirá a la de Víctor y es la segunda parte de esta historia.
Ella quiere cumplir con una promesa y viajara a Catania, descubrirá no lo que andaba buscando. En ese territorio agreste se guarda un secreto y su familia también; ambos confluyendo en la trama.
Su secreto vuelve desde la infancia y va "in crescendo" con los años, pinceladas de imágenes inconexas que necesita poner en claro como si se tratara de un puzle.
Y el Etna como paisaje que aparece en forma de ensueño y que desvelará otro secreto, el de Silvana, cuyo honor restituirá devolviéndole la dignidad a su familia y a ella como mujer "cuyo único pecado fue enamorarse".
Una novela que te lleva de la mano a momentos de la historia reciente, con la que viajas y empatizas con cada uno de los personajes. Imprescindible lectura.
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