Una novela de Daniel Villarroya
Así como el vacío pesa y ocupa un espacio, el silencio puede escucharse. Pero uno no se convierte en escucha del silencio de un día para otro. Llegar al final de la vida sin haber tenido que molestarse en escuchar lo que dice una silenciosa voz interior es lo más cómodo para cualquiera.
El viaje hacia el silencio que protagoniza Dan en esta novela no acaba con el desenlace de la misma. Por supuesto, ni siquiera él sabe cuándo va a acabar. La duración del viaje hacia el silencio, de hecho, no depende exclusivamente de uno mismo. Nosotros decidimos, eso sí, cuánta atención merecen los obstáculos que vamos encontrando por el camino.
El orgullo, la vanidad, los prejuicios y las malas lenguas pueden llevarnos a pensar que no estamos haciendo lo correcto, que deberíamos empezar a hacer algo útil para la sociedad, que a aquel vecino tranquilo, solitario y extremadamente amable le pasa algo raro.
Y la superación de dichos obstáculos no significará que nuestra misión ya esté cumplida, pues siempre nos quedará algún paso por dar. No importa por dónde queremos empezar, o si duele mucho o poco.
Para viajar al interior, necesitamos querer escuchar el silencio.
Sinopsis
A sus veinticinco años, una conversación más que trascendente bajo la copa de un roble sagrado y unas cuantas cervezas irlandesas de por medio, Dan decide viajar al silencio. Según lo que implica el verbo «viajar» piensa en la India, el Sáhara, las montañas de Montserrat... nada más lejos de la realidad.
Su viaje interior ya ha empezado en Barcelona, en el hospital de Bellvitge, con el silencio herido de Miriam. Y ha seguido por los alrededores de la misma ciudad, con el silencio menesteroso de Paco y los demás sintecho.
Y en un pueblo más pequeño, menos respaldado por los amigos de la universidad y el bienestar material, Dan se vuelve capaz de construir su espacio ideal. También aprende a meditar gracias al maestro sabio y extremadamente amable a quien antes ha estado cerca de llamar enfermo, porque rectificar es de sabios.
Inspirado por los momentos de silencio que ha vivido o imaginado, Dan compartirá dolores, alegrías, plantará árboles, confeccionará símbolos, e incluso se fusionará con la naturaleza.
Pero su viaje no habrá hecho más que empezar, como el de todos y cada uno de nosotros.
Sobre el autor
El nombre no es lo único que comparte Daniel Villarroya Sangüesa con Dan, el protagonista de su primera novela. Ninguno de los dos ha llegado hasta aquí por casualidad, y ambos saben muy bien que seguirán andando hasta el final.
Daniel ha puesto algunas de sus sesiones de silencio al alcance de sus alumnos de secundaria y bachillerato, ha asistido a talleres de escritura y hasta ha escrito un libro.
Dan, por su parte, ha conocido el amor, ha llorado y reído, se ha independizado y ha aprendido a meditar.
Pero no han terminado, ni uno ni otro, porque el viaje al silencio no acaba mientras la vida continúa. Dan ya no parará de intentar avanzar hacia su propio interior, y Daniel Villarroya no parará de dejar escrita su sincera fascinación por el poder del silencio.
Biografía
Daniel Villarroya Sangüesa nació en Teruel pero vive en Barcelona desde hace más de veinte años. Se licenció en Ciencias de la Educación en la Universidad Autónoma de Barcelona y se especializó en pedagogía.
Aún a día de hoy se dedica a la docencia: imparte clases de filosofía, de psicología y de historia. También afronta tareas directivas, tanto de gestión como de coordinación educativa u orientación psicopedagógica.
Entre sus mayores intereses destacan la búsqueda convencida de la interioridad y la exploración del camino del silencio como vía de acceso al ser.
Su espíritu de escritor empezó a gestarse durante la educación primaria, como el de muchos otros de su generación.
Su primer éxito en las clases de redacción animó la posterior costumbre de dejar deseos y vivencias escritos en diarios.
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