Una novela de
Al principio, la frustración puede más que Álex. Siente que sus familiares juegan con él como si fuera una pelota de ping-pong. También se siente incapaz de hacer nada para remediar su situación y acaba por resignarse, del peor modo posible.
El primer despertar que presenciamos como lectores de esta novela es el de Álex en la aséptica habitación de un hospital, que va recobrando el sentido bajo la atenta y decepcionada mirada de doctores, enfermeras y familiares. Poco después se mudará solo a Inglaterra, a un internado de Chelmsford, donde aprenderá a leer y hablar en inglés, el gran idioma desconocido.
Volverá reformado, centrado, pero no listo para afrontar los horrores de un instituto elitista y en el que las apariencias lo son todo. De hecho, allí descubrirá que no todas las sorpresas desagradables han desaparecido tras el episodio de su adicción a las drogas.
Inconscientemente, irá a encontrarse cara a cara con amenazas aún mayores: entre ellas, la atracción física y el apego por una señorita de clase alta llamada Ona.
Sinopsis
El protagonista de la primera novela publicada de Marina Marlasca Hernández es Álex, un chico que a los once años aprovecha la conveniente torpeza de una persona mayor en la cola del supermercado para hacerse con un billete de dos mil pesetas que no le pertenece.
Llega a Inglaterra torturado por la propia consciencia, harto de sentirse un ladrón drogadicto, y vuelve a Cataluña justo a tiempo para cumplir los catorce años de edad e intentar asumir la poca responsabilidad que aún se le permite tener al respecto de la maltrecha vida familiar después de la muerte en circunstancias extrañas de su padre.
Sus tíos Jordi y Anna lo acogen con cierta reticencia inicial, que termina transformada en un amor tan fuerte como puro, reforzado de vez en cuando por los abuelos paternos que se acercan de visita. La madre de Álex, enferma mental residente en una clínica, suele actuar también como aliciente, ya que parece alegrarse de ver a su hijo cada vez que este viene a hablar con ella.
El chico irá creciendo, pues, en circunstancias inhabituales pero cálidas y agradables. El instituto, sin embargo, dejará cicatrices que volverán a aflorar años más tarde, cuando Álex ya esté a punto de pasar de chico a joven.
Ona, la guapa y popular líder de uno de los grupos más selectos del curso, se trasladará junto con su padre a Ibiza, isla sobre la cual Álex ya habrá decidido empezar a montar su vida independiente.
El encuentro se hará inevitable, así como la conexión entre ambos y la posterior entrega de Álex en una relación más que complicada.
Sobre la autora
Marina Marlasca Hernández, como Álex, no se identifica ni se ha identificado nunca con un solo oficio. Ella ha ido de dibujante a administrativa, y por el camino se ha topado con la contagiosa manía de escribir y contar.
También como Álex, la autora siempre ha disfrutado del mar, de los animales, de la naturaleza toda y de los maravillosos mundos elegidos y a elegir de los cuentos y las novelas fantásticas.
Como el de Álex, el primer despertar de la artista salida de la Escuela Massana de Barcelona y especializada en vitrales no fue fácil, pero sí acabó siendo cálido y agradable.
Una reseña de Anna Muxi
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