En 1992, sentada en una butaca de cine, lloré desconsoladamente cuando Gary Oldman se resistió a morder el cuello de Wynona Ryder. Su «te amo demasiado para condenarte» me partió el corazón. «Drácula» de Bram Stoker me enseñó a amar a este ser condenado y tan temido.
En 2008 leí la saga «Crepúsculo» en un suspiro, mucho antes de que decidiera escribir mi primera novela y dedicarme al mundo de la literatura.
En 2008 leí la saga «Crepúsculo» en un suspiro, mucho antes de que decidiera escribir mi primera novela y dedicarme al mundo de la literatura.
Quién me iba a decir que veintisiete años más tarde de ver la película de Francis Ford Coppola, trabajaría como editora en una nueva saga de vampiros.
Descubrir a Maggie Woods ha sido un regalo para mi profesión.
Escritores con talento hay muchos, pero no todos acceden a rectificar su obra para incluir las sugerencias de esta humilde editora. Fue al plantearle retocar ligeramente la trama cuando descubrí su gran talento para la literatura. En un abrir y cerrar de ojos todas mis sugerencias fueron cogiendo forma en las páginas de su novela. Reestructuramos la historia mano a mano y de dos capítulos en dos capítulos, con la sencillez y facilidad que otorga una mente privilegiada para escribir historias.
¿Qué se encontrará el lector en «Nacido para morir»? Dos mundos paralelos pero a la vez entrelazados, una amenaza para los mortales, odio, poder, venganza... y amor. Amor del que te acaba matando, pero al que sucumbes sin miedo ni reticencias, porque vivir eternamente con el ser amado no es una condena, sino un regalo.
La monótona y estructurada vida de Ben cambiará de La Luz a La Oscuridad cuando se encuentre cara a cara con Eve...
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